La cuestión D'Hondt.
Llegando las elecciones, todo el
mundo se queja del viejo Víctor, y nunca me canso de decir algo que un gran
sociólogo español me dijo en una ocasión: "La madre de D'Hondt no
tiene la culpa de nada". La Constitución española pide un
sistema de reparto proporcional al número de votos logrado y D'Hondt es tan
proporcional como cualquier otro método de general aceptación, como lo pueda
ser Sainte-Laguë.
El caso es que en España se usa
D´Hondt, y quejarse de él es como quejarse porque en fútbol, siguiendo con el
símil, no te dejen meter un gol con la mano: cuando vas a presentarte a las
elecciones ya sabes qué sistema aplica y el cálculo electoral se hace con esta
fórmula.
¿A quién favorece? Tomemos como
ejemplo una provincia española imaginaria que, para no complicar el ejemplo,
implica un número de diputados que nos permite hacer una simulación
clarificadora.
Esta provincia puede llamarse
Aceria, tener unos 700.000 habitantes, unos 510.000 con derecho a voto y una
abstención esperada del 25%, lo que nos deja con 382.000 personas que van a
votar.
En 2011, Aceria tuvo 220.000
votos para el PP y cuatro diputados, 110.000 para el PSOE y dos diputados e IU
sacó 22.000 votos (90.000 menos que el PSOE) y ningún diputado.
¿Es D’Hondt proporcional? Sí, siempre que el diputado sea una unidad
indivisible. Lo vemos como dos ejemplos con grandes y pequeñas diferencias
entre partidos.
Parece lógico, ¿no? Seis diputados
en juego. Gana el PP por el doble de votos que el PSOE e IU se queda con
un 6% de los votos en juego. Supongo que la pregunta que atenaza sería: ¿es
justo que IU se haya quedado sin diputado? Tengamos en cuenta que el PP se lleva
casi el 60% de los votos y el PSOE el 30%. ¿Un 6% merece un diputado en un
reparto de seis escaños?
Pero este año hay más partidos en
campaña y los sondeos muestran un reparto más ajustado que el que IU o UPyD
suponían cuatro años atrás.
Tomemos como base para imaginar un
resultado el domingo 20 en Aceria lo que arrojó el CIS en su pre-electoral.
Con estos resultados veamos cómo
queda el reparto:
En la columna de la izquierda
tenemos el escaño en juego, en las cinco centrales el número de votos por
partido junto a su reparto escaño a escaño y en la de la derecha, el máximo de
votos para el asiento en juego.
Así, en el primer escaño vemos que
el máximo de votos es para el PP. Al conseguir escaño, los votos obtenidos se
dividen por escaño ganado + 1 (en este caso, dos), con lo que vuelve al
reparto con 54.626 votos. Los demás, como no han logrado escaño, juegan con los
mismos votos que tenían.
Segundo escaño y el máximo está en
el conteo del PSOE, pues asiento para los de Ferraz y división entre dos
(quedando en casi 40.000), porque este también es su primer escaño. Tercero,
Ciudadanos, cuarto, Podemos; y ya tenemos a cuatro partidos con escaño y con
sus votos divididos por dos. Ahora mismo el que más se acerca a Unión Popular
es Podemos y por más del doble de votos.
Quinto escaño para el PP porque es
el que marca máximo en esa línea, pero como ya tiene dos escaños toca dividir
por tres y vuelve a la carrera con 18.000 votos. Ya se habrán dado cuenta que
aun así tiene 4.000 votos más que UP. El quinto va para el PSOE y de haber más
en juego sus votos se hubieran dividido entre tres, quedando 500 votos por
debajo de UP.
¿Es D´Hondt proporcional? Yo diría
que sí, siempre que el diputado sea una unidad indivisible, y lo hemos visto
con dos ejemplos en los que hay grandes y pequeñas diferencias entre partidos.
Lo que también vemos es que el número de diputados no es
infinito y esto nos lleva a otras dos reflexiones.
La primera es la conocida de cuántos
habitantes caben en un escaño y más conocida la respuesta de "depende de
la provincia". Nuestra provincia de Aceria, con 700.000 habitantes y seis diputados,
agrupa 117.000 ciudadanos en cada escaño. Alicante, con casi dos millones de
habitantes y 12 diputados, 158.000, y Madrid, con casi 6,5 millones y 36
diputados asignados, 177.000 habitantes (sí, calculo en habitantes porque los
diputados nos representan a todos).
Así que un diputado en Madrid
sería más costoso lograrlo en votos que en la ficticia Aceria si la
participación fuera más o menos regular en todo el país. ¿Posible solución?
Redistribuir contando con que el rango actual va de uno en Ceuta y Melilla y
dos en Soria a 36 en Madrid.
Otra sería incrementar el número
de diputados, a fin de cuentas la Constitución permite hasta 400. Es más, el
Congreso de los Diputados es de los menos representativos o, visto de otra
manera, de los que un mayor número de ciudadanos congrega por escaño.
133.000 españoles se sientan en un escaño
por los 27.000 finlandeses que encontramos en el otro extremo. De acuerdo que los Estados Unidos
ascienden a 730.000, y hasta la austera Alemania está por debajo de España
(128.000 por escaño), pero a ver quién saca esto a relucir en nuestro país
cuando la queja generalizada está en la clase política.
D´Hondt no deja de ser una
variable dentro de un sistema. Otra variable es la representatividad. En mi
opinón, si trazáramos un camino hacia la democracia representativa en un
Parlamento, el siguiente paso a lo que había en las Cortes de Franco es el
modelo de circunscripción única para todo el Estado español. El que más se
acerca al final del camino, o el más representativo a fecha de hoy, creo que es
el americano, y aún tiene que mejorar por cuestiones como el Gerrymandering, pero, al menos, el votante sabe el nombre de aquel que le representa por su
distrito.
Si un partido se queja de D'Hondt,
posiblemente es porque sea fuerte en, por ejemplo, grandes ciudades y no en
otros entornos. Pero es su tarea alcanzar esa notoriedad y penetración a través
de estrategias de segmentación y no culpar a una regla que fue inventada en el
siglo XIX.
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