En el taller oficial de una conocida marca de coches de lujo, un prestigioso cirujano cardiovascular acaba de dejar su flamante deportivo para una revisión. Cuando se dispone a salir para llamar un taxi, es abordado por uno de los mecánicos:
- Perdone, doctor, ¿puede acompañarme? No le robaré más de un par de minutos.
- Sí, claro...
- Verá señor, mire este coche al que acabo de reparar el motor: abrí su corazón, saqué los pistones, las válvulas y el árbol de levas; reemplacé lo que estaba mal, lo limpié todo con sumo cuidado y volví a colocar pacientemente cada pieza en su lugar. ¡Ahora funciona como nuevo!
- Ah, estupendo...
- Pero tengo una duda... Lo que yo hago con los coches es básicamente lo mismo que usted hace con las personas, entonces... ¿por qué cobra usted cien veces más que yo?
El cirujano sonrió y, mientras se iba, le dijo casi susurrando:
- Perdone, doctor, ¿puede acompañarme? No le robaré más de un par de minutos.
- Sí, claro...
- Verá señor, mire este coche al que acabo de reparar el motor: abrí su corazón, saqué los pistones, las válvulas y el árbol de levas; reemplacé lo que estaba mal, lo limpié todo con sumo cuidado y volví a colocar pacientemente cada pieza en su lugar. ¡Ahora funciona como nuevo!
- Ah, estupendo...
- Pero tengo una duda... Lo que yo hago con los coches es básicamente lo mismo que usted hace con las personas, entonces... ¿por qué cobra usted cien veces más que yo?
El cirujano sonrió y, mientras se iba, le dijo casi susurrando:
- Trata de hacerlo con el motor en marcha.
Sólo se trata de una historia, pero algunos quieren crear una "guerra" donde no la hay.
Sólo se trata de una historia, pero algunos quieren crear una "guerra" donde no la hay.